AyEr por la mañana, en el recreo, vi a una niña llorando. Me acerqué a ella y le pregunté qué le pasaba. No me quería contestar, seguramente porque yo era cuatro años mayor que ella y me tenía miedo. Le dije que si me decía lo que le pasaba, a lo mejor, le podía ayudar. Ya más calmada, me dijo susurrando:

– Me llamo Clara y estaba jugando con mi muÑecA, cuando un niño mucho más alto que yo, me la quitó y se la llevó. Era mi muñeca favorita. ¡No quiero que me la rompan!

Me acordé de que a su edad, también me quitaron mi muñeca preferida unos niños mayores que yo... ¡Tenía que ayudarla!

Primero, le dije que buscaríamos al nIñO que le había quitado la muñeca. Lo encontramos jugando..., ¡al fútbol con el juguete!

Fui a enfrentarme a él, pero lo pensé y decidí que iba a intentar hablar con el niño. Salí de nuestro escondite y me puse en frente de éste. Él, rápidamente, muy enfadado, me gritó:

– ¡¿Qué haces ahí?¡ ¡Apártate niña!
– ¿Por qué he de apartarme? Vengo para hAblAr contigo.
– ¿Y para qué quieres hablar conmigo?
– Para que le devuelvas la muñeca a la niña.
– ¡No me da la gana!
– Pues, entonces, tendré que llamar a un profesor.- y salí corriendo.

El niño salió detrás de mí pero no me alcanzó. Llegué hasta donde estaba una profesora y le dije lo que pasaba. Entonces, la maestra le quitó la muñeca de las manos y me la dio. Le castigó sin salir al recreo durante un mes.

Corrí hacia ClaRa, que había estado observando la escena atónita. Limpié el juguete con cuidado y se la entregué. Ella me dio las gracias y se fue.

[iLusTracIón de JuLia VaLeevA]