La PrinCesA PreSumiDa
salió una tarde de paseo,
¡Ohhhh!, exclamó asombrada,
OrDeNó a sus veinte lacayos
Y desde eNtoNceS permaneció aislada
Y asi la PriNceSa complicada,
¡Oh qué feliz vive ahora!,
con su traje rojo almidonado,
y su tocado dorado nuevo.
¡Ohhhh!, exclamó asombrada,
al mirarse de reojo al EspEjo
-¡Vaya cara!-
pensó airada,
-¡por dios...! ,¿qué ha pasado con mi pelo?-
OrDeNó a sus veinte lacayos
que retiraran raudos los vientos.
-No quiero que me despeinen,
ni llenarme el cabello de entEdoS.
Yo quiero ser perfecta,
como una princesa de cuento-
Y desde eNtoNceS permaneció aislada
y hablaba sola entre lamentos
-¿Y si yo fuera más sencilla,
y si me soltara el cAbellO?-
-UmMmM, a lo mejor no es malo todo el aire,
-UmMmM, a lo mejor no es malo todo el aire,
y no importa si me revuelve el velo.
Tal vez pueda tocar las aMapOlaS
aunque me ensucien un poco los dedos-
Y asi la PriNceSa complicada,
sin mirar ya nunca para el cielo,
se marchó primero a una isla
y luego descubrió el dEsiErtO.
¡Oh qué feliz vive ahora!,
sin palacio, guantes, ni espejos,
con su PeLo despeinado
cuando surca los vIeNtoS.
Ana Galindo
[IlusTración de LiLi GRiBouiLlon]
1 comentarios
La historia de otra princesa que dejó de ser princesa.
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