Las MisTerioSas DesaParicioNes / CuenTos de TerrOr IV/
NocHe a nocHe, algunas personas iban desapareciendo del pueblo, pero nadie sabía por qué.
El pequeño pueblo estaba a las orillas del mar donde, desde hacía muchos años, un pez no asomaba su cabeza. Nadie, en realidad, sabía lo que había ocurrido allí.
En una pobre casa cercana al mar, vivía un chico llamado Pablo con su anciano abuelo, que era pescador. Nadie sabía que una noche el anciano iba a desaparecer misteriosamente mientras se bañaba en la playa. Sólo Pablo, que oyó su agudo grito, sabía que su abuelo había sido raptado por algún extraño animal de las aguas.
Un poCo máS allá una niña llamada Julia residía con su abuela en una pequeña cabaña, más alejada de la orilla. Ella también sospechaba algo, ya que su abuela había salido a pasear , y no la había vuelto a ver.
Todo era muy extraño para ellos, estaban llenos de preguntas sin respuesta, pero no se lo comentaban a nadie por precaución. Los dos eran muy amigos, y se lo contaban todo.
UnA tarDe, los niños decidieron investigar sobre el paradero de sus abuelos. Los dos se reunieron a las orillas del mar con un equipo de buceo. Tenían que averiguar lo que estaba pasando.
Un rato después, se metieron en las profundas aguas, y empezaron a bucear.
Después de unas horas, encontraron a sus abuelos tendidos en el fondo de las oscuras aguas, custodiados por un enorme animal que nunca habían visto antes, y que se estaba preparando para comérselos. Era una gran pulpo con al menos mil ojos, veinte patas, y de colores tristes y oscuros.
LoS niÑos se asustaron mucho al observar aquel monstruo marino tan extraño, y decidieron intentar salvar a sus abuelos, y matar al animal, y así ya no desaparecerían más personas.
Se prepararon para atacarlo, y el gran animal los vio, dirigiéndose hacia ellos. Nos les dio tiempo a huir, y el pulpo los engulló como si fueran mantequilla. Se los tragó enteros. Cuando se vieron en las entrañas del animal se pusieron muy nerviosos, no sabían qué hacer.
Entonces, a Julia se le ocurrió una idea, y clavó una gran espina, que había encontrado en su interior, en el cuello del pulpo. Este se empezó a mover desesperadamente, pues no podía respirar. No tenían tiempo de pensar, tenían que salir de allí. Mientras tomaba aire para respirar , fueron saliendo poco a poco escalando por la escamosa piel del interior del animal, y cuando por fin habían llegado a su boca, el pulpo lo notó y se metió dos de sus enormes tentáculos en la boca. Julia y Pablo estaban acorralados.
Se peGaron a un tentáculo, y cuando el animal lo sacó, saltaron a las aguas , y observaron mientras rescataban a sus abuelos, la muerte de aquel monstruo marino que había raptado a tanta gente, y que ellos habían conseguido matar, salvando a su pueblo.
El pequeño pueblo estaba a las orillas del mar donde, desde hacía muchos años, un pez no asomaba su cabeza. Nadie, en realidad, sabía lo que había ocurrido allí.
En una pobre casa cercana al mar, vivía un chico llamado Pablo con su anciano abuelo, que era pescador. Nadie sabía que una noche el anciano iba a desaparecer misteriosamente mientras se bañaba en la playa. Sólo Pablo, que oyó su agudo grito, sabía que su abuelo había sido raptado por algún extraño animal de las aguas.
Un poCo máS allá una niña llamada Julia residía con su abuela en una pequeña cabaña, más alejada de la orilla. Ella también sospechaba algo, ya que su abuela había salido a pasear , y no la había vuelto a ver.
Todo era muy extraño para ellos, estaban llenos de preguntas sin respuesta, pero no se lo comentaban a nadie por precaución. Los dos eran muy amigos, y se lo contaban todo.
UnA tarDe, los niños decidieron investigar sobre el paradero de sus abuelos. Los dos se reunieron a las orillas del mar con un equipo de buceo. Tenían que averiguar lo que estaba pasando.
Un rato después, se metieron en las profundas aguas, y empezaron a bucear.
Después de unas horas, encontraron a sus abuelos tendidos en el fondo de las oscuras aguas, custodiados por un enorme animal que nunca habían visto antes, y que se estaba preparando para comérselos. Era una gran pulpo con al menos mil ojos, veinte patas, y de colores tristes y oscuros.
LoS niÑos se asustaron mucho al observar aquel monstruo marino tan extraño, y decidieron intentar salvar a sus abuelos, y matar al animal, y así ya no desaparecerían más personas.
Se prepararon para atacarlo, y el gran animal los vio, dirigiéndose hacia ellos. Nos les dio tiempo a huir, y el pulpo los engulló como si fueran mantequilla. Se los tragó enteros. Cuando se vieron en las entrañas del animal se pusieron muy nerviosos, no sabían qué hacer.
Entonces, a Julia se le ocurrió una idea, y clavó una gran espina, que había encontrado en su interior, en el cuello del pulpo. Este se empezó a mover desesperadamente, pues no podía respirar. No tenían tiempo de pensar, tenían que salir de allí. Mientras tomaba aire para respirar , fueron saliendo poco a poco escalando por la escamosa piel del interior del animal, y cuando por fin habían llegado a su boca, el pulpo lo notó y se metió dos de sus enormes tentáculos en la boca. Julia y Pablo estaban acorralados.
Se peGaron a un tentáculo, y cuando el animal lo sacó, saltaron a las aguas , y observaron mientras rescataban a sus abuelos, la muerte de aquel monstruo marino que había raptado a tanta gente, y que ellos habían conseguido matar, salvando a su pueblo.
/JuLia GaRcía AguiLar/
Alumna de 6 de Primaria
3 comentarios
MUY BUEN CUENTO JULIA
ResponderEliminarTE FELICITO
Julia
ResponderEliminar¡Que " chuli" como me ha gustado!; no sé si esta noche soñaré con los tentáculos del pulpo , po si tal sucede , avisaré a mis nietos para que vengan al rescate.
Precioso.¡Felicidades
uuyyy nmuy buena historia, y muy tenebrosa , a mi me da miedo los tentaculos del pulpo...felicitaciones
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