NocHe a nocHe, algunas personas iban desapareciendo del pueblo. Todos estaban asustados y se encerraban en sus casas para estar más seguros; pero eso no servía de nada, ya que la persona que estaba más escondida era la más fácil de secuestrar. Solamente el ladrón trabaja en lugares oscuros, algo muy misterioso.

Todas las noches ocurría lo mismo, desaparecían tanto los niños más pequeños como los viejecitos más ancianos. Era algo que nadie hubiera imaginado que ocurriese, ya que hacía poco, todo era tranquilo y se podía salir a la calle sin preocupaciones.

Por las tarDes, después de terminar el colegio, los niños no hacían más que hablar sobre el tema:
Yo no me creo todas esas tonterías que dicen por ahí, yo soy muchísimo más lista que vosotros – dijo una niña que se creía que era muy, muy inteligente.
No digas eso; dicen que si lo dices vendrán a por ti esta misma noche - dijo un chico muy amable que había en su clase.

Y teNía raZón... Esa misma noche una sombra con grandes ojos rojos y una sonrisa muy grande y terrorífica, se acercó a ella y como por arte de magia la niña desapareció y dejó sola y vacía su pequeña cama.

Lo sucedido pasó rápidamente de boca en boca y los niños intentaron no cotillear sobre el tema. Pero no bastaba con eso, ya que las personas iban desapareciendo igualmente.

Un díA, inesperadamente, una nueva chica muy misteriosa llegó a la clase donde habían desaparecido tantos niños. La joven era bajita, rubia y tenía unos rizos muy marcados y grandes. La verdad era que a los chicos les daba bastante miedo.

Sin embargo, esta niña demostraba bastante valentía y se la veía muy dura ( más que lo que puedas imaginar). Y todos lo comprobaron ya que fue la única con la suficiente fuerza como para no asustarle nada del monstruo.

El díA emPezó sin una sola palabra en la boca de la niña; pero la gran sombra no perdona a nadie. Justo esa noche llegó a la habitación de ella, cuando para su gran asombro.... ¡había tantos seres como él!

Como ya creo que imaginareis, el monstruo se quedó con sus amigos; pero la chica, para la gran sorpresa de sus compañeros, no dijo nada y siguió siendo la misma. Así que, los demás chicos tuvieron que enterarse difícilmente del suceso. Yo lo desconozco y pienso que es mejor imaginárselo.

Tiene doce años y está en 6 curso de Primaria