CuenTa la leyenDa que, hace muchos años, nuestro planeta se deshabitó debido a un gran terremoto mundial, pero en el fondo de una gran cueva, una grulla refugiada se había salvado junto a su único huevo que quedó intacto. Estaba muy asustada cuando salió de la cueva y no oía nada en el campo: ni los cantos de los pájaros... ni el llanto de algún animal... ni tan sólo el movimiento de los árboles con el viento. Decidió quedarse sentada en el campo, esperando el nacimiento de su único descendiente.

Unas horas después, la pequeña grulla salió del cascarón, y se quedó perpleja al ver el campo tan silencioso... así no se lo había imaginado. Su madre le explicó todo lo que había ocurrido, y que ellas eran las únicas que se habían salvado.

PasaRon los aÑos, y la pequeña grulla de color azul oscuro, decidió salir a investigar tras la muerte de su querida madre. Tras largos días de camino, encontró en la orilla del mar una preciosa brújula de oro, y cuando la abrió, quedó totalmente sorprendida al observar que la brújula no indicaba el Norte o el Sur, sino que en un extremo estaba escrito Paz, y en el otro, Guerra, y no había flecha. La grulla quedó desconcertada, ¿para que serviría aquello?

Todo se aclaró en su mente cuando, al tocar en el interior del objeto la palabra Guerra, se trasladó en el tiempo a todos los momentos que había habido en el mundo en los que la guerra lo había destruido por completo, y a todos los momentos tristes que habían ocurrido antes de su nacimiento. Pasó lo mismo cuando tocó con sus plumas la palabra Paz, pero esta vez, mientras observaba sonriendo todas las buenas acciones realizadas en la Tierra, halló a una pequeña niña que había quedado atrapada en el tiempo. Supuso que esa brújula la había encontrado aquella niña japonesa. Se acercó a ella, y observó atentamente lo que hacía... ¡estaba cogiendo papeles de colores, y haciendo pequeñas grullas!

EntonCes, la niÑa le contó que deseaba que el mundo se recuperara, y si lograban hacer mil grullas como aquellas, podían pedir un deseo, ¡salvar el mundo! Después de mucho esfuerzo, lo consiguieron, y la niña y la grulla pidieron al unísono el deseo. Después, como por arte de magia, el planeta se había vuelto normal, como siempre, y desde entonces, en la Tierra hubo Paz, gracias a una pequeña niña y una brújula mágica, y una grulla, que fue el animal de la Paz y la esperanza.

/JuLia GarcÍa AguiLar/ Alumna de 6º curso