El Perro sin Botas
Había una vez un
hombre que se murió y sus tres hijos heredaron algunas de sus
pertenencias. El menor un molino, al mediano un burro feísimo, y al
mayor, que se llamaba Eusebio, le dieron un perro blanco y sin botas.
El perro le dijo a Eusebio que intentaría hacerle príncipe y
Eusebio se puso más contento de lo que estaba.
El perro fue a coger
conejos y llevárselos como regalo al rey para que le diera la mano de su hija a Eusebio. Los capturó, pero era tan tonto que
se los comió y en el castillo le dijo al rey que al día siguiente
se verían en el lago. El perro llevó a Eusebio al lago, pero ... era
tan lento que el rey se hartó y se marchó, cansado de la
espera.
Entonces, al perro
se le ocurrió otra idea. Al día siguiente le dijo a Eusebio que se
dirigiera castillo y le dijera a la princesa que fuera al antiguo
castillo del ogro, mientras él iría rápido a derrotar al ogro y así deslumbrar a la princesa..
Pero, como era lento
y gandul, se quedó dormido. Al despertar, corrió hacia el castillo, donde
ya estaban los reyes. El ogro los vio y les atacó, y el perro, que
además era un cobarde, no se atrevió a ayudarles.
Al final Eusebio
y el perro acabaron en la cárcel y Eusebio pensó : En definitiva
creo que éste era el peor modo de conquistar a una princesa.
Pero bueno... ¿ya qué se le podía hacer?
/Pablo Jerónimo/
Está en Quinto de Primaria.
El ejercicio está basado en la propuesta de re-escribir cuentos populares, alterando algunas características físicas y de carácter de los protagonistas.
1 comentarios
¡Es muy bueno! Me gusta esta versión, es más divertida. Desde luego el gato es un animal más listo que el perro para estos menesteros.
ResponderEliminarSaludos.