Mi maestra Ana es muy buena con nosotros, más que un trozo de pan, ya que nos ayuda en los problemas al hacer los deberes, nos enseña muchas cosas y nos da mucho cariño.

Para comenzar, ella tiene mechas rubias, un pelo que parece una espiga movida por el viento y unos ojos verdes como los tallos de las florecillas en primavera. Además tiene unos largos brazos y es un poquito bajita.

Por otra parte, también le gusta viajar y ver todos los rincones del mundo. Igualmente es muy amable, buena persona y una de las maestras más divertidas del mundo. Además, me gusta como viste, ya que sabe conjuntar una ropa fantástica y ponerse unos zapatos a conjunto.

Desde luego, tiene un dote artístico, ya que hace unos cuadros magníficos y también arregla y corrige los nuestros. Sobre todo, a mí me sorprende como maneja el pincel, ¡ya me gustaría a mí manejarlo así !

Por lo tanto, creo que sin ella no hubiésemos aprendido tanta cosas: como a pintar tan bien y a escribir correctamente un cuento. ¡Nosotros nunca hubiésemos imaginado hacerlo así!